Módulo 2, viernes 19 de abril
Durante toda su historia el ser humano se ha debatido entre la creencia en la posibilidad de descifrar el mundo a través de su aspecto externo, como si todo lo creado (incluyendo al hombre) constituyese un inmenso libro y, por tanto, fuese efectivamente legible, y la resignación ante la opacidad del mundo y sus habitantes, la desconfianza ante la infinita capacidad de lo real para camuflarse, la cautela ante unas apariencias diseñadas para engañar a los sentidos, para escapar a cualquier medición o previsión.
La primera opción ha aparecido recurrentemente hasta la actualidad, con múltiples variantes pseudo-científicas y a menudo ligada al desarrollo de teorías penalistas de ambición preventiva, que relacionan determinados rasgos externos con tendencias criminales.
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